lunes, 25 de junio de 2012


Pocos camuflajes son tan perfectos como el de la orugas Hemeroplanes triptolemus. El final de su abdomen se transforma en una exquisita réplica de la cabeza de una serpiente cuando se sienten amenazadas. Así espantan a las aves insectívoras, incómodas por la repentina aparición de una víbora y la desaparición de su manjar.
Hemeroplanes triptolemus

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